Tuesday, November 28, 2006

EN EL CIELO CUALQUIERA PUEDE TOCAR GUITARRA

Durante varias noches tuve sueños reiterados en los que aparecía vestido de novia y a punto de casarme en un baño de un centro comercial, vi payasos voladores con caras de celebridades muertas e incluso recibí la visita de un arácnido encantador. Pero después de verme saltando a un mar negro y sin luna roja desde el cerro del Pilón (allá donde van a perderse las almas de los Wayuu) ha vuelto el insomnio.

Durante varios días y sin comentarle a nadie he tenido la sensación de vivir mis últimos momentos, divagando y ocupándome de cosas que tal vez no tengan mucho sentido, tratando de no pensar en otras y abusando de la costumbre y la rutina, imaginándome lo que hubiera sido mi vida si tal cosa o tal otra y pidiendo comida a domicilio, escribiendo historias con más frecuencia de lo normal y menos de lo inusual, y visitando parientes y amigos que reprochan mi ingratitud.

Durante varias horas y con el ánimo de hacer una supuesta terapia, estuve atento a lo que varios familiares y conocidos me contaban de su triste y extraña vida en Caicedonia. Podría pensarse que escuchar problemas de la gente que definitivamente esta peor que uno pudiera hacernos sentir "mejor", pero no. Porque como dijo la prima Doralide (la hermana de Idaleidi y Lidaedi) "el cielo es diferente para cada quien" y también porque ahora me sigo sintiendo terriblemente mal y sin poder dormir bien.

Durante varios minutos solo pensé en llamar a una persona, a la Seño Maria Teresa Lindao, la misma que nos acogió en nuestro viaje a la Guajira, la única que podía resolver el asunto de la muerte en el mar y del zorro azul que se comió la luna antes del mi salto. Porque bien es sabido por los Wayuu que los zorros no traen nada bueno, que su presencia presagia además un fin y que a los sueños hay que ponerles cuidado. Eso, según ellos.

Solo hasta mucho después de la medianoche me decido a llamar. Seguido del saludo un poco abrupto le cuento a ella toda la historía, de zorros malditos y mares negros, de depresiones e insomnios.

Durante varios segundos espero escuchar al otro lado de la línea la voz un poco grave y pausada a la que todos prestan atención porque la demanda, una voz de matrona, de señora grande que sabe regañar pero que también sabe llamar la calma, la voz de la Seño Wayuu Lindao. El temblor de mi mano que sostiene el teléfono contrasta con los movimientos mecánicos del dedo índice de la otra mano que enrolla el cable y el sudor frío no falta en ese eterno silencio. Por fin se oye su voz, con más pausa que de costumbre y con las señales inconfundibles de un letargo interrumpido: "Frank... necesitas descansar... vete a descansar... "

Colgó.

Su respuesta me desconcierta, pero un rato después empiezo a comprender su significado sin tener aun certeza: tarde o temprano los sueños se cumplen... en el cielo cualquiera puede tocar guitarra.


Primero, tendría que creer del todo.
Segundo, me quiero ir.

Radiohead - Anyone can play guitar.
Soda Stereo - Luna roja.

Posted by Frank at 6:52 PM 6 comments

Tuesday, November 07, 2006

DEJAR LA GUEVONADA

Me decía que yo casi siempre le huía a los problemas y que me hacía el loco, cosa no del todo cierta porque a veces el asunto era fuego y cualquier persona hubiera hecho lo mismo, alejarse mientras se apagaba la candela, que ya a esas alturas me había chamuscado suficiente. Cualquiera pero no todos y a veces pero no siempre. Y entre esperar el paso del tiempo como quien en su enfermedad espera al único médico en kilómetros, y afrontar el dolor como quien sabe que alguien muy querido se murió pero que lo acepta mucho después, me quedé en la mitad, esperando a que se me pasara la guevonada y soportando-disfrutando la esporádica presencia de ella. Ahora estoy como Don Luis Fernando, un señor de 70 años que tiene un clavo en el pie desde hace 15 y que lo hace caminar como si quisiera ir desesperadamente al baño pero sin correr riesgos antes de llegar. Hubiera podido quitarse el puto clavo hace rato yendo a un médico, pero ya se acostumbró a tenerlo en su pie izquierdo, ya no le duele como antes pero sigue ahí, y jode!!, sigue jodiendo y algunos días parece que jodiera igual que al principio. La diferencia es que si yo supiera como quitarme esa cosa que a veces no me deja en paz ya lo hubiera hecho sin pensarlo dos veces, pero sigue ahí, mierda!! sigue ahí!! Ni caminando despacio, ni haciendome el loco, ni con ver pasar las nubes, ni con trabajar hasta el cansancio y ni con escarbarme las heridas. Nada. Es como la hp tos que tengo hace más de un mes y que parece también que no me quisiera abandonar, se aleja por varios días y después regresa para dejarme sin aliento. Maldi-tos!!! Cuando creo que ya no la tengo, reaparece. Espero que sea cuestión del clima.

Finalmente no es tan terrible, puede ser solo una una astilla en la piel que molesta como tal, eso creo, eso me creo. O que sencillamente necesito un médico, es decir, una médica.

Posted by Frank at 8:42 PM 5 comments